La compra-venta de trabajos ocurre cuando los estudiantes contratan a una tercera persona para que escriba una tarea que luego presentarán bajo su nombre (Lancaster & Clarke, 2016). Puede ocurrir cuando alguien que no es el estudiante —puede ser una fábrica de ensayos, algún amigo o incluso un familiar— elabora la tarea en su lugar. Al descargar un trabajo desde un sitio web de ensayos “gratuitos”, también se está cayendo en esta falta.
La compra-venta de trabajos (práctica también conocida como "trampa por contrato") puede hacerse como un “favor” que no implica intercambio de dinero. O puede contemplar un trueque, como cuando un estudiante cambia trabajos con otro.
La compra-venta de trabajos se define generalmente como uno de los actos de mala conducta académica más graves, dado que los estudiantes pueden contactar a las fábricas de ensayos para escribir un trabajo con un pago de por medio.
Al igual que muchas formas de mala conducta académica, los estudiantes estresados sin una profunda comprensión de la integridad académica son vulnerables a esta falta. Cuando los estudiantes se retrasan con su trabajo escolar, pueden recurrir a sus amigos o familiares, quienes, con la intención de ayudar, pueden escribirle el trabajo. Aunque sea un acto con buenas intenciones, se trata inequívocamente de una forma de mala conducta académica.
Las fábricas de ensayos se acercan a los estudiantes a través de publicidad en redes sociales y en otros sitios en los que “bots” ofrecen ayuda a última hora. Las estrategias de marketing de las fábricas de ensayo aprovechan esta ambigüedad de maneras ostentosas. “Nuestros ensayos están libres de plagio”, suelen pregonar. Aunque técnicamente es cierto, (ya que a menudo escriben el trabajo desde cero y no cometen plagio), las fábricas de ensayo no dejan claro que incluso si el ensayo está libre de plagio, la compra-venta de trabajos es una deshonestidad académica en sí misma.
Los trabajos escritos por las fábricas de ensayos probablemente no “suenan” como los trabajos anteriores del estudiante, o pueden mostrar una marcada diferencia en el tono y estilo. También pueden contener un lenguaje florido sin mucho contenido o análisis profundo. Además, es posible que tampoco respondan a la pregunta o a la instrucción entregada por el profesor.
Cuando el estudiante no hace el trabajo por sí mismo y encarga a otra persona que lo elabore, no está aprendiendo el contenido. Los estudiantes que recurren a esta práctica porque están teniendo dificultades o están estresados, no están cerrando las brechas de aprendizaje; a su vez, los educadores no pueden activar ciclos de retroalimentación oportunos para apoyar el éxito estudiantil.
Caer en la compra-venta de trabajos significa, en pocas palabras, desestimar el proceso de aprendizaje. No solo socava el aprendizaje, esta práctica también erosiona el ecosistema educativo, daña la relación estudiante-profesor, pone en peligro la reputación académica de estudiantes, profesores e instituciones, y es señal de una futura deshonestidad en el trabajo (ICAI,2021).
Las instituciones y los profesores pueden jugar un rol fundamental en la prevención de la compra-venta de trabajos.
Genera conciencia y comprensión sobre la compra-venta de trabajos. Cuando hay silencio en torno a esta temática, las consecuencias para los estudiantes pueden parecer menores. Investigaciones han mostrado que “más del 50% de los estudiantes subcontratarían para elaborar su trabajo si la recompensa (por ejemplo, una mejor calificación o pasar una materia que de otra manera reprobarían) fuera relativamente alta y los costos relativamente bajos”. (Lancaster, 2020).
En conclusión: Crear una profunda comprensión sobre la integridad académica y ayudar a los estudiantes a entender la compra-venta de trabajos como una forma de deshonestidad previene futuras conductas inapropiadas.
Cuando los estudiantes tienen una comprensión sofisticada de la integridad académica, el plagio y la trampa por contrato y cómo se relacionan entre sí, también están menos propensos a ser presa de las fábricas de ensayo que normalizan la trampa por contrato y posicionan sus servicios como “ayuda”.
Establece evaluaciones formativas de bajo nivel de exigencia y habilita ciclos de retroalimentación para que los estudiantes se sientan apoyados a lo largo del proceso de aprendizaje. Las tareas en clases proporcionan una evaluación de referencia para contrastar con futuras evaluaciones. Además, hacer el proceso de escritura más transparente mitiga las posibilidades de intervención de una tercera persona, o la hace más evidente. Acelera los ciclos de retroalimentación con Feedback Studio y Gradescope para permitir una mayor visibilidad y análisis de datos del desempeño académico.
¿Qué pasa cuando las tácticas de prevención fallan? Turnitin Originality ofrece a los docentes y encargados de integridad datos y evidencias de compra-venta de trabajos. La lingüística forense también puede ser utilizada por los docentes para revisar indicios de esta práctica. “El entrenamiento y el apoyo en la toma de decisiones son claves para determinar casos”, señaló Olumide Popoola en su participación en un panel realizado por el Centro Internacional para la Integridad Académica, titulado Detección de compra-venta de ensayos usando lingüística de investigación.
Popoola explicó, además, que el diseño de las evaluaciones es la mejor manera de mitigar la compra-venta de trabajos y permitir su posterior detección. Las evaluaciones que se centran en debates en el aula y en el contenido del curso disuaden las trampas porque la tercera persona no tiene acceso a esta información.
La compra-venta de trabajos es real y ocurre en clases de muchas instituciones del mundo; por ello, algunos países están promulgando leyes para prohibir las fábricas de ensayos y hacer ilegal la compra-venta de trabajos.
Por ejemplo, un escándalo impactó a 16 universidades de Australia en 2014 cuando se hizo público que más de mil estudiantes utilizaron MyMaster para escribir ensayos. Como resultado, Australia aprobó una legislación para hacer la compra-venta de trabajos ilegal a partir del 2019. Esta práctica también es ilegal en Nueva Zelanda.
Después de que más de 20,000 estudiantes universitarios del Reino Unido fueran descubiertos comprando ensayos en 2017, la Casa de los Lores llamó a prohibir esta práctica. Las fábricas de ensayo están ahora prohibidas en el Reino Unido.
En Estados Unidos no se ha promulgado una ley federal “[que prohíba] la compra-venta de trabajos académicos”, de acuerdo a un artículo publicado en 2019 por el New York Times acerca de este tema, la práctica “es ilegal en 17 estados” .
Aún queda mucho trabajo por hacer, pero se está avanzando, en las aulas y en el Gobierno. El primer paso, como siempre, es crear conciencia.